Leituras recomendadas - 31
ONU: REPRESENTANTE VATICANO FAVORECE DICTADURA CASTRISTA
por Armando F. Valladares
En cuanto cat�lico, cubano y ex preso pol�tico manifiesto mi profunda perplejidad con un nuevo y reciente lance de la "ostpolitik" vaticana en relaci�n a Cuba comunista. El 19 de octubre pp., durante la 55a. sesi�n de la Asamblea General de la ONU, el arzobispo monse�or Renato Martino, observador permanente de la Santa Sede ante dicho organismo internacional, conden� fuertemente el "uso de medidas econ�micas coercitivas que atentan contra el desarrollo social de una naci�n y de su gente", aludiendo al embargo econ�mico norteamericano en relaci�n al r�gimen cubano y a otros reg�menes implacablemente dictatoriales y anticat�licos (cfr. "La Santa Sede denuncia ante la ONU los efectos nefastos del embargo", agencia Zenit, Oct. 20, 2000) . Pero no hizo la m�s m�nima referencia a la causa verdadera de los males de Cuba que es el comunismo, un r�gimen antinatural estatista que niega la propiedad privada y la libre iniciativa, derechos indispensables para el aut�ntico "desarrollo social" y econ�mico de una naci�n; un r�gimen cuya ideolog�a es diametralmente contraria a los Mandamientos de la Ley de Dios y por ello ha sido definida por la Iglesia como "intr�nsecamente perversa". El comunismo, esa causa profunda de la destrucci�n de la naci�n cubana que el arzobispo Martino inexplicablemente no mencion�, no s�lo "atenta" contra el "desarrollo social" de la poblaci�n sino que la ha conducido implacablemente a la m�s completa ruina espiritual y material. El diplom�tico vaticano, al tiempo que endosa la tesis tan del agrado de la "intelligentzia"izquierdista de que ser�a el embargo econ�mico externo la causa de la miseria del pueblo cubano, encubre el embargo interno impuesto a sangre y fuego por el r�gimen comunista, el cual asfixia todas las libertades y mutila todos los derechos. Contribuye as�, con el peso del prestigio de la Santa Sede, a inocentar, a absolver y, por ende, a favorecer a la dictadura castrista. Es como si un m�dico, en vez de atribuir el delicado estado de salud de un paciente a la grave enfermedad que lo aqueja (el comunismo), culpase por ese estado a un remedio cuya aplicaci�n y eficacia pueden ser discutibles (el embargo). Hace dos a�os, en octubre de 1998, monse�or James Reinert, miembro de la delegaci�n vaticana ante la ONU, a pesar de censurar en su alocuci�n el embargo norteamericano, ponderaba que "la Santa Sede reconoce que existen razones leg�timas por las que la comunidad internacional puede recurrir a sanciones" (cfr. Zenit, Oct. 16, 1998). Con lo cual recordaba un principio del derecho internacional tan obvio como lo es la posibilidad, e incluso la obligaci�n de la comunidad de naciones, de aplicar sanciones contra Estados agresores y transgresores. Hoy, el olvido o silencio de dicho principio, junto con la ya mencionada omisi�n sobre el implacable embargo interno que la tiran�a comunista ejerce sobre el pueblo cubano, beneficia a un r�gimen calificado de "terrorista" por un reciente informe del Departamento de Estado norteamericano debido a la colaboraci�n que est� prestando a las crueles guerrillas marxistas que desangran a Colombia y que amenazan transformarla en un Vietnam latinoamericano. Es del caso mencionar un certero an�lisis del conocido opositor cubano Dr. Oscar El�as Biscet escrito en mayo de 1999, meses antes de su detenci�n en una de las mazmorras m�s insalubres del r�gimen (prisi�n "Cuba S�", provincia de Holguin, Tel. 011-5324-424342 ), y cuya vida corre serio riesgo por causa de las torturas de que est� siendo objeto. En un mensaje que pudo conocerse en el exterior a trav�s de periodistas radicados en La Habana, afirmaba el Dr. Biscet que "es el sistema comunista el origen y la causa de la grave situaci�n de los cubanos"; que la "depauperada alimentaci�n" y la "hambruna" del pueblo cubano se deben a la implantaci�n de una "dictadura totalitaria" que sigue el "modelo pol�tico-econ�mico sovi�tico"; que "las ayudas humanitarias enviadas para el pueblo cubano son vendidas en tiendas y farmacias �rea d�lar"; que el pueblo cubano es actualmente "reh�n del castrocomunismo"; y que "el levantamiento del embargo al gobierno de Cuba tiene que estar condicionado al respeto de los derechos humanos del pueblo, libertad de todos los presos pol�ticos, multipartidismo y elecciones libres" . No es porque s� que el Dr. Oscar Biscet, conocido militante pro-vida con merecida reputaci�n entre los cubanos amantes de la libertad, agoniza hoy en las c�rceles comunistas; d�gase de pasada, ante la casi completa indiferencia internacional, incluyendo la de conspicuos integrantes de las conferencias episcopales cubana y norteamericana a quienes se ha implorado que intercedan urgentemente por �l. La "ostpolitik" vaticana en relaci�n a Cuba comunista no es nueva. En 1974, monse�or Agostino Casaroli, entonces secretario del Consejo para los Asuntos P�blicos de la Iglesia, durante una visita a Cuba lleg� a manifestar que "los cat�licos que viven en la isla son felices dentro del sistema socialista", seg�n versi�n difundida por agencias internacionales . Con el curso de los a�os, esa "ostpolitik" fue sumando dolorosos lances protagonizados por altas figuras eclesi�sticas de las Am�ricas, que son de p�blico conocimiento y han sido analizados en documentados estudios editados en el destierro (cfr. Cubanos Desterrados, "�Hasta cu�ndo las Am�ricas tolerar�n al dictador Castro, el implacable estalinista...? Dos d�cadas de progresivo acercamiento comuno-cat�lico en la isla presidio del Caribe", ed. Cubanos Desterrados, Miami, 1990, 174 pp.; y Armando F. Valladares, "El pedido de perd�n que no hubo: la colaboraci�n eclesi�stica con el comunismo", Diario Las Americas, Miami, Marzo 22, 2000). Todo lo cual configura una sucesi�n de hechos que se torna, a cada d�a que pasa, m�s inexplicable y dolorosa. El venerable cardenal eslovaco J�n Korec, de 76 a�os, un sobreviviente de la persecuci�n comunista en su Patria, en reciente entrevista a un importante diario italiano pone en tela de juicio la alegada eficacia de la "ostpolitik" como medio para obtener la libertad de los cat�licos y del pueblo cautivo en general. Luego de calificar la "ostpolitik" como una "cat�strofe" para la Iglesia eslovaca, porque "liquid�" la resistencia de los cat�licos que se opon�an al comunismo a cambio de "promesas vagas e inciertas de los comunistas", el cardenal Korec afirma que, del lado comunista ese di�logo diplom�tico ha sido simplemente una "farsa" que "contin�a" hoy en Cuba, China, Corea del Norte y Vietnam . Y pregunta: "�Por qu�, si no, China contin�a siendo la misma China, Vietnam contin�a siendo el mismo Vietnam y Cuba, sobre todo, sigue siendo la misma Cuba?" A casi tres a�os de la visita papal, que tantas esperanzas despertara, y en la cual la Santa Sede empe�� todo su prestigio diplom�tico as� como buena parte de su ascendiente espiritual sobre los cubanos, la situaci�n de los fieles cat�licos y del pueblo en general no pod�a ser m�s desoladora. Nada en Cuba comunista ha cambiado para mejor, sino para peor. En momentos en que desde la tribuna de la ONU el arzobispo Martino rompe lanzas contra el embargo externo al r�gimen cubano, �ste, en un desp�tico acto de embargo interno contra los cat�licos, calificado justamente por la agencia eclesi�stica ACI como "un nuevo gesto de represi�n anti-cat�lica", prohibe a la Iglesia la peregrinaci�n nacional de la Cruz de los J�venes entregada por S.S. Juan Pablo II a los cubanos que asistieron a la Jornada Mundial de la Juventud en Roma. Este hecho indignante se suma a muchos otros en el mismo sentido que vienen siendo denunciados por las agencias cat�licas ACI y Fides. No es la primera vez que me siento en la obligaci�n moral de abordar temas de esta naturaleza. Al igual que en otras ocasiones, me permito reiterar el derecho de un cat�lico de manifestar filialmente sus puntos de vista sobre asuntos tan delicados porque la Iglesia nunca fue, la Iglesia no es, la Iglesia jam�s ser� una c�rcel para las conciencias de sus hijos. Tengo la certeza de que se sabr�n comprender estos respetuosos comentarios de un fiel cat�lico cubano que en la tristemente c�lebre prisi�n de La Caba�a oy� los heroicos gritos de j�venes m�rtires cat�licos que mor�an en el "pared�n" de fusilamiento proclamando "�Viva Cristo Rey! �Abajo el comunismo!" Y ante ese sublime ejemplo de fe, conmovido en lo m�s profundo de su ser, implor� a la Virgen de la Caridad del Cobre la gracia de rechazar -a�n al precio de la propia vida- hasta la m�s m�nima forma de aceptaci�n de la nefasta revoluci�n cubana y el m�s m�nimo acercamiento con el r�gimen. Actitud basada en la ense�anza tradicional de la Iglesia que condena al comunismo como un "sat�nico azote", "intr�nsecamente perverso" y considera "inadmisible la colaboraci�n con �l en cualquier terreno" (Pio XI, Divini Redemptoris). Armando F. Valladares, ex preso pol�tico cubano, fue embajador de Estados Unidos ante la Comisi�n de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, durante las administraciones Reagan y Bush.
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