Alencastro, el sabio de Veja

Olavo de Carvalho

www.olavodecarvalho.org, 4 de febrero de 2005

 

 

Luiz Felipe de Alencastro, nombre hidalgo digno de un personaje de E�a o Camilo, es reconocidamente un sabio. Tan vasto es su caudal de conocimientos, que ha sido invitado a distribuirlo en las p�ginas de la revista Veja, donde es columnista, en el recinto milenario de la Universidad de Par�s, donde da clase de Historia del Brasil, y hasta en el m�s poderoso think tank de los EUA, el Council on Foreign Relations (CFR), antesala de la presidencia americana.

 

Estando all�, y consultado sobre el �Foro de S�o Paulo�, el susodicho sali� con estas palabras: �Nunca hemos o�do nada al respecto en Brasil. No sabemos nada de ello, y es una locura c�mo ha crecido ese asunto � fue un periodista conocido como sujeto muy conservador y de extrema derecha, que escribe en un peri�dico de R�o, el que empez� con toda esa cosa. Nunca hemos o�do nada al respecto.�

 

Siendo yo el �nico periodista que escribe sobre ese asunto en un peri�dico de R�o, no es dif�cil descubrir para qui�n ha sido confeccionada la capucha. Me la pongo, pues, y paso a analizar la declaraci�n. Encontramos en ella dos niveles de significado, uno exot�rico o popular, otro esot�rico para uso de los happy few.

 

En el primero, Alencastro insin�a que, si no ha o�do nada sobre el �Foro de S�o Paulo�, con certeza dicha entidad no existe y es una pura invenci�n de un extremista.

 

Ya he tenido ocasi�n de observar que, en los medios de comunicaci�n y en los ambientes acad�micos de este pa�s, el argumentum ad ignorantia, que recurre a la ignorancia de algo como prueba de la inexistencia de ese algo, no constituye un motivo para el despido por justa causa como podr�a suponerlo el sano entendimiento humano, sino que, por el contrario, es aceptado como s�lida evidencia cient�fica. Su mayor virtud consiste en convertir la presunci�n del ignorante en fuente suprema de autoridad intelectual, permitiendo que �sta sea repartida democr�ticamente entre los que no saben nada y produciendo de ese modo beneficios sociales incalculables.

 

Pero ser�a injusto decir que Alencastro no ha hecho nada m�s que apelar a ese argumento, aprovechando la ocasi�n para impugnar la credibilidad de la fuente mediante un etiquetado infamante. En realidad �nicamente ha usado ese recurso para distraer a la parte ingenua del p�blico y poder transmitir a los iniciados la verdadera substancia de su mensaje, que puede ser descodificado as�: si ha sido testigo del crecimiento de las habladur�as sobre el �Foro de S�o Paulo� hasta el punto de sorprenderse de las dimensiones que ha acabado adquiriendo esa �cosa loca�, �c�mo puede jurar, a continuaci�n, que nunca ha o�do nada al respecto? Est� claro que lo ha o�do todo, y por eso mismo dice que no ha o�do nada. La mentira tiene piernas cortas, pero en el caso presente son tan cortas que no logran llegar al final de la frase sin denunciarse pat�ticamente.

 

Si, frente a lo mucho que ha o�do, Alencastro ha cumplido o no su deber elemental de historiador, consultando las actas y resoluciones del �Foro de S�o Paulo�, documentos de dominio p�blico, para averiguar si el presunto extremista de derecha dec�a la verdad o deliraba, es algo que ignoro. Si no lo hizo, entonces su declaraci�n no es m�s que lo que parece: una orgullosa confesi�n de ineptitud y liviandad, reforzada por una mentirijilla para despistar. Si, por el contrario, ha le�do los documentos, entonces se ha hecho el loco en el CFR para enga�ar al personal, en un intento desesperado de bloquear el acceso de la elite pensante americana a informaciones que podr�an llegar al presidente Bush, acelerar el cambio de pol�tica de los EUA respecto a Am�rica Latina y abortar los planes del �Foro de S�o Paulo�. As� pues, si el columnista de Veja es un idiota al servicio de s� mismo o un p�jaro de cuenta al servicio de criaturas mucho m�s siniestras, es un asunto que escapa a mi biso�o diagn�stico en este momento. Lo que s� es que, en ambos casos, Alencastro re�ne todas las condiciones para ser considerado en Brasil como un modelo de intelectual respetable: es ignorante, mentiroso, manipulador y �til al establishment pro-comunista.

 

Aprovecho, por cierto, la ocasi�n para darle al distinguido un aviso personal: extremista de derecha lo ser� su abuela, lo ser� su madre, lo ser� su t�a � lo ser� cualquier persona de su parentela, a su elecci�n, que le conceda el derecho de insultarla y de ser perdonado siempre como �ojito derecho de pap�. Conmigo, la regla es diferente. Rep�rtese o encaje el golpe.