Guerra de cobardes
Olavo de Carvalho
Zero Hora, 26 de diciembre de 2004
El acontecimiento fue silenciado por los medios de comunicaci�n nacionales, pero el lector puede encontrarlo en la p�gina http://www.rebelion.org/noticia.php?id=8980: en junio del 2004, el general en jefe del Ej�rcito venezolano, Ra�l Baduel, discursando en el 51 aniversario de la Escuela de Infanter�a, anunci� oficialmente la nueva doctrina militar de su pa�s, basada en el concepto de "guerra del pueblo" creado por el comandante vietnamita Vo Nguyen Giap. La idea es sencilla, genial y de una bestialidad a toda prueba. Consiste en involucrar a toda la poblaci�n en la actividad guerrera, para privar al adversario del centro de gravedad de su ataque - la destrucci�n f�sica del ej�rcito convencional - y forzarle a la elecci�n imposible entre el genocidio asumido y la autocontenci�n debilitadora.
Su adopci�n por Vietnam del Norte fue una de las primeras aplicaciones del principio general que luego se llamar�a "guerra asim�trica", en el que uno de los bandos se arroga el derecho a todos los cr�menes, a todas las cobard�as, al mismo tiempo que encadena al adversario en una compleja red de exigencias morales ante la opini�n p�blica, conduci�ndole a la vacilaci�n y a la par�lisis. El ej�rcito de Giap era, en este sentido, la inversi�n exacta de un ej�rcito normal, que arriesga su vida en el campo de batalla para proteger al pueblo. Sus soldados se diseminaban y se dilu�an en medio de la poblaci�n, us�ndola met�dicamente como escudo humano. Las muertes de civiles deliberadamente provocadas por su propio gobierno eran aprovechadas a continuaci�n como material de propaganda contra los EUA.
Ni Hitler ni Stalin llegaron a una tal bajeza. Giap, por haberla practicado gustosamente durante un mont�n de a�os, fue entronizado como un santo del movimiento comunista internacional.
Muchos periodistas occidentales - brasile�os inclusive - fueron c�mplices voluntarios de la operaci�n. El reportero Jos� Hamilton Ribeiro, de la revista Realidade, confes� que �l y sus colegas trasmit�an a sus lectores, como noticias fidedignas, algo que sab�an perfectamente que era pura desinformaci�n vietcong.
La victoria de Giap, por cierto, fue debida m�s a esos amables colaboradores que a la astucia macabra de su estrategia. En la ofensiva del Tet, cay� en su propia trampa, retirando al ej�rcito de debajo de las faldas de la poblaci�n y exponi�ndolo a un ataque masivo. Resultado: sus tropas fueron aplastadas, quedando apenas lo suficiente para invadir la embajada americana en Saig�n y aterrorizar a los funcionarios civiles. La imagen de �stos en desbandada, sin embargo, fue transmitida por los periodistas americanos pro-vietcong (la casi totalidad de los mismos) como prueba de la "derrota" de su pa�s, causando la crisis pol�tica que oblig� al presidente Johnson a retirar sus tropas de Vietnam, dobleg�ndose ante un enemigo militarmente destrozado. El propio Giap, a�os m�s tarde, reconoci� que sus armas m�s eficaces hab�an sido los medios de comunicaci�n izquierdistas progres y los movimientos "pacifistas" que ataron las manos al gobierno americano, entregando Vietnam del Sur y Camboya al dominio de los comunistas, quienes pudieron entonces matar all� tranquilamente a 3 millones de civiles, a salvo de toda protesta occidental audible.
Pues bien, Venezuela se ha adherido oficialmente a la doctrina giapiana de la cobard�a organizada, contando, para ponerla en pr�ctica, con la ayuda de Brasil, al menos en la modalidad de suministro de armas, pero idealmente como apoyo a la adopci�n de la "guerra del pueblo" como doctrina militar global de la Comunidad Sudamericana de Naciones.
Si nuestras Fuerzas Armadas, el �ltimo reducto de honradez y patriotismo en Brasil, aceptan colaborar con los planes del gobierno de Venezuela, no quedar� otra alternativa a los ciudadanos honrados - si a�n los hay despu�s de eso - que salir del pa�s.
Mis deseos de a�o nuevo para todos los brasile�os se resumen en uno: que eso no llegue a suceder.
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�Han le�do las denuncias del periodista V�tor Vieira, en www.videversus.com.br, sobre la corrupci�n en el Forum Social Mundial? Piensen en ellas, la pr�xima vez que quieran aceptar, como alternativa electoral al PT, a un entusiasta de esa iniciativa.