Preludio de la destrucci�n

Olavo de Carvalho

Zero Hora, 27 de junio de 2004

  

Despu�s de haber cerrado sus secciones de Curitiba, Belo Horizonte y S�o Paulo, el Instituto Liberal acaba sus actividades tambi�n en Brasilia � igual que en los otros casos, por falta de dinero. Como era la �nica entidad a  escala nacional que se dedicaba seriamente a la defensa de la democracia capitalista, su eliminaci�n es la prueba m�s elocuente de la rendici�n ideol�gica del empresariado, preludio de la destrucci�n completa de su poder de clase.

 

Ese poder, en rigor, ya no existe. Lo que impide que muchos empresarios vean � o admitan � algo tan obvio es que de momento est�n ganando dinero y se consideran protegidos por el s�bito �neoliberalismo� de ciertas pol�ticas oficiales.

 

Pero unas medidas econ�micas de apoyo a la libre iniciativa, si no van acompa�adas de una pol�tica liberalizadora en las �reas fiscal, judicial, administrativa, educativa y cultural, constituyen ya un mostrenco tan extra�o que ning�n observador con sentido com�n lo puede confundir con el capitalismo liberal genuino. M�s a�n, si van unidas a la estrangulaci�n fiscal creciente, a la progresiva criminalizaci�n del capitalismo en la esfera judicial, a la r�pida fusi�n del Estado y del Partido, a la completa ocupaci�n de los espacios culturales por la intelectualidad socialista, a la gradual e irreversible estatalizaci�n de la ense�anza y a la utilizaci�n masiva de los colegios como veh�culo de adoctrinamiento revolucionario anticapitalista, entonces obviamente no constituyen un liberalismo de ning�n tipo. Son la exacta aplicaci�n de la estrategia de transici�n revolucionaria descrita en las obras de Lenin, de Gramsci y de los socialistas fabianos. Agotar los �ltimos recursos del capitalismo, oblig�ndolo a prosperar para alimentar la m�quina del anticapitalismo, es la definici�n misma de una revoluci�n comunista, conducida seg�n los c�nones marxistas m�s rigurosos y estrictos.

 

Si los empresarios brasile�os no lo perciben, no es s�lo porque no han le�do esas obras (s�lo leen libros de administraci�n y de auto-ayuda): es precisamente porque son una clase en extinci�n. Corro�do su envoltorio ideol�gico durante tres d�cadas de �agresi�n molecular� gramsciana, ya han abandonado completamente los valores morales, culturales, religiosos y pol�ticos que daban sentido y legitimidad a su poder de clase. Han dejado que su visi�n del capitalismo quedase reducida, de olvido en olvido, a la pura mec�nica del sistema, a la l�gica pura y dura del lucro inmediatista. Como su �ptica est� desprovista de una justificaci�n propia, no les queda otra alternativa que asumir el cinismo de �todo es business� o imitar de modo suicida el discurso socialista, fingiendo no percatarse de que va dirigido contra ellos mismos. Actuando as� en los �ltimos a�os, le han entregado al adversario el monopolio de la moralidad, del derecho, de la cultura y, sobre todo, de la acci�n hist�rica. Han dado fuerza de realidad a la profec�a auto-realizable del socialismo, aceptando encarnar ante el p�blico el papel estereot�pico de una clase de sanguijuelas, de delincuentes virtuales, de hip�critas aprovechados y despreciables. Se han vuelto f�ciles de odiar, f�ciles de inculpar, f�ciles de castigar, f�ciles de destruir. Todo lo que se diga contra ellos en los medios de comunicaci�n tiene hoy credibilidad inmediata. Todo lo que se alegue contra ellos en los tribunales parece justo. Son m�s odiados que los narcotraficantes, asesinos y estupradores. Tienen cada vez m�s dinero y cada vez menos medios de defensa. Su riqueza ya no es fuente de poder: es un tal�n de Aquiles. Est�n marcados para morir.

 

Si al lector gaucho le parece exagerado el panorama aqu� descrito, es porque en este Estado [Rio Grande do Sul] las cosas a�n no han llegado hasta ese punto. Aqu� y s�lo aqu� quedan algunos empresarios conscientes del capitalismo como valor �tico y cultural que no puede transigir con la mentira socialista. El futuro de Brasil depende de que la voz de esos empresarios se escuche en los otros Estados y se imponga a la charlataner�a hist�rica del �beautiful people� socialista.