Aviso a los jud�os

Olavo de Carvalho

O Globo, 20 de marzo de 2004

 

 

He estudiado mucho la cuesti�n del antisemitismo; algunas entidades jud�as ya me han o�do hablar sobre el tema y saben que en el asunto no soy ning�n novato, ning�n ingenuo, ning�n investigador liviano. El que dedica largo tiempo a un problema acaba suscitando preguntas que no se le ocurrir�an a un advenedizo � y a veces encuentra respuestas que parecen incomprensibles y chocantes a quien ni siquiera se ha hecho las preguntas.

 

En mayo del 2002, cuando los medios de comunicaci�n izquierdistas cacareaban la amenaza antisemita personificada por el Sr. Le Pen, escrib�: ��Por qu� tendr�an que confiar los jud�os en quien les previene contra un enemigo desarmado al mismo tiempo que ayuda a un enemigo armado? �Por qu� est� tan ansiosa la izquierda mundial por protegerles contra un peligro futuro e hipot�tico en Francia, cuando se esfuerza por entregarles a las garras de un peligro real e inmediato en su propia tierra?�

 

Pero el antisemitismo de Le Pen, por desarmado que fuera, al menos era expl�cito e innegable. Mel Gibson en cambio, proclama que los jud�os no fueron m�s culpables que �l mismo del asesinato de Cristo y, sin embargo, seg�n los medios de comunicaci�n iluminados, los jud�os tienen motivos para temerle como si fuese la reencarnaci�n de la Inquisici�n.

 

Dejar� para analizar m�s tarde la pel�cula que ha dado pretexto a esa cantinela. De momento s�lo quiero llamar la atenci�n sobre un detalle: �no han visto Uds. nada extra�o en ese repentino arrebato de filo-juda�smo que se ha apoderado de la intelligentzia izquierdista mundial? Los mismos que endosaron la farsa de la �masacre de Jenin�, los mismos que comparaban a Ariel Sharon con Adolf Hitler se presentan hoy con el coraz�n rebosante de celos fraternales, vendiendo al pueblo jud�o protecci�n contra el temible genocida Mel Gibson. �Se lo van a tragar Uds.? El Papa, que siempre ha sido amigo leal de los jud�os, dice que no hay peligro, que �La pasi�n de Cristo� no inculca sentimientos antisemitas en nadie (recientes sondeos del Institute for Jewish Research muestran que efectivamente no los infunde), �y Uds. van a preferir dar cr�dito a esos sujetos que en la conferencia de Durban se confabularon para condenar el sionismo como �ideolog�a racista�? Abraham Foxman ya retir� sus acusaciones; intelectuales sionistas como David Horowitz aseguran que Gibson es inocente, �y Uds. van a dar m�s cr�dito a esas lindas criaturas que, contra la intervenci�n en Irak, salieron gritando por las calles de Nueva York cogidos de la mano con Louis Farrakhan y David Duke? �Van a defenderse de una hip�tesis rebuscada mientras se exponen al peligro manifiesto de aceptar los servicios de abogados indignos de cr�dito, entre los cuales, en Brasil, gente bien articulada con el Foro de S�o Paulo y, a trav�s de �l, con el terrorismo isl�mico? �Se van a dejar manipular como los electores espa�oles y, enga�ados por sus enemigos, revolverse contra sus amigos? Algo en mi interior me dice que no, que esa tragedia artificial no llegar� al tremendo desenlace planeado.

 

Pero los medios de comunicaci�n izquierdistas saben combinar la supresi�n de los hechos con la producci�n de �hechoides�. El pronunciamiento oficial del Papa a favor de la pel�cula ha sido omitido o acallado en casi todos los peri�dicos brasile�os. Las opiniones de los jud�os americanos pro-Gibson han sido totalmente excluidas, para crear la falsa impresi�n de una unanimidad hostil. En compensaci�n, se ha publicado una larga entrevista con el l�der de un grupo ultramontano de S�o Paulo, que endosa la culpabilidad hereditaria �de los� jud�os en el asesinato de Cristo. Uds. leen y ven ah� la prueba de que �los� cat�licos conservadores son efectivamente antisemitas. Lo que nadie les informa es que el susodicho es un tipo aislado, detestado igualmente por la asociaci�n Tradici�n, Familia, Propiedad, la Sociedad de S. P�o X y por todos los medios tradicionalistas a los que parece representar en la entrevista.

 

Mi aviso a los jud�os es sencillo: ning�n mal les va a llegar del lado cristiano. Los enemigos de Israel son hoy los enemigos de la cristiandad. Si de verdad quieres saber Uds. de d�nde proviene el peligro, lean el libro del rabino Marvin S. Antelman, To Eliminate the Opiate (Jerusal�n, The Zionist Book Club, 2 vols.). No hace falta que asuman su diagn�stico en todos los detalles. Pero ver�n que, en l�neas generales, est� sobre la pista cierta -- y esa pista pasa a muchas leguas de Mel Gibson.