Muy l�gico

Olavo de Carvalho

Zero Hora, 16 de noviembre de 2003

 

 

La unificaci�n de las fuerzas armadas latinoamericanas es necesaria, dice el ministro Jos� Dirceu, para �la defensa del continente�. �Defensa de qu�? Sin un enemigo potencial, ning�n plan de defensa tiene sentido. Por el momento, la �nica amenaza de agresi�n armada que pesa sobre el continente es la que proviene de organizaciones terroristas como las Farc o el MIR chileno. Pero esas organizaciones est�n bajo la orientaci�n pol�tica del Foro de S�o Paulo, entidad fundada -- y dirigida durante diez a�os -- por el Sr. Lu�s In�cio Lula da Silva, al que ciertamente no le gustar�a proceder contra ellas. Como l�der del �rgano coordinador de la estrategia comunista en Am�rica Latina, es perfectamente natural que use su prestigio y autoridad para proteger a sus antiguos subordinados. Por lo que respecta a las Farc en particular, ya ha dejado claro que, a su entender, no deben ser combatidas, y mucho menos castigadas, por la muerte de 30 mil colombianos, sino premiadas con el reconocimiento de su estatuto de partido pol�tico leg�timo. En un documento firmado en diciembre del 2001, calific� como �terrorismo de Estado� la lucha impulsada por las fuerzas armadas colombianas contra la guerrilla. Cuando, por tanto, su ministro jefe de la Casa Civil dice que la mencionada unificaci�n militar tiene entre otros objetivos el de �ayudar a Colombia�, es obvio que eso no se refiere a la ayuda contra las Farc: nuestro gobierno jam�s aceptar�a ampliar a dimensiones continentales el execrable �terrorismo de Estado�. Tenemos que ayudar a Colombia, eso s�, a evitar una �posible invasi�n norteamericana�. �se es el enemigo.

 

Esa opci�n, en verdad, no parece ser muy nueva. Ya en el 2000, Miguel Urbano Rodrigues, escribiendo en el peri�dico Avante!, �rgano del Partido Comunista Portugu�s, informaba que los militares brasile�os de la regi�n amaz�nica estaban estudiando los manuales del general Giap y del Che Guevara, con el objetivo de prepararse para una eventual guerra de disuasi�n contra el invasor americano. Aunque el periodista portugu�s citaba como fuente al brasile�o M�rcio Moreira Alves, siendo a continuaci�n citado por �ste, en una retro-confirmaci�n circular un tanto sospechosa, el hecho es que al menos uno de los dos no estaba nada desinformado: M�rcio es �ntimo frecuentador de los ambientes militares nacionales y se lleg� a pensar en �l para el cargo de rector civil de la Escuela Superior de Guerra.

 

Curiosamente, la m�s profunda interferencia americana en los asuntos militares de Am�rica Latina, durante la �ltima d�cada, fue el Plano Colombia, del que los izquierdistas no se quejan m�s que por pura ingratitud o para despistar astutamente. Pues ese Plan, que prohib�a al gobierno colombiano tocar a la guerrilla, tuvo como objetivo precisamente el transferir a las Farc el patrimonio de los antiguos carteles, transform�ndolas en lo que son hoy: un poder financiero y militar terrible. Viniendo de un presidente americano cujas afinidades con la izquierda revolucionaria internacional son notorias en su pa�s (aunque jam�s mencionadas por los medios de comunicaci�n brasile�os), eso fue de una l�gica ejemplar. Tambi�n es muy l�gico que la izquierda nacional, tras haber hecho de todo por desmantelar nuestras Fuerzas Armadas mientras ve�an en ellas alg�n residuo �derechista�, piensen en fortalecerlas mediante la uni�n continental ahora que a esas Fuerzas, debilitadas, desacreditadas y aparentemente vaciadas de sus convicciones tradicionales, les empiezan tal vez a gustar sus antiguos verdugos, disponi�ndose a colaborar con ellos en el amplio front del anti-americanismo internacional.