Olavo de Carvalho
Jornal da Tarde, 2 de octubre de 2003
Los brasile�os leen y escuchan muchas noticias, pero parecen tener cierta dificultad para juntarlas en un orden inteligible. A modo de ejercicio para mejorar el desempe�o l�gico de los interesados, ofrezco aqu� esta breve secuencia, cuyo orden y conexi�n internos son bastante evidentes:
(1) Folha Online, 11 de noviembre de 2001 � �Un documento elaborado por la Operaci�n Cobra (sigla de Colombia-Brasil) de la Polic�a Federal, encargada de desarticular el narcotr�fico en la frontera de la Amazonia brasile�a, identifica unas bases de producci�n de coca�na bajo el dominio de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)... Denominadas complejos [conjunto de laboratorios de refinamiento], esas bases producen mensualmente, seg�n el informe, cerca de 45 toneladas de clorhidrato de coca�na. La droga parte en aviones desde pistas clandestinas de Colombia hacia Europa y Estados Unidos e incluso hacia Brasil. �Ya no tenemos dudas acerca de las relaciones de las Farc con el narcotr�fico. La guerrilla ostenta el poder de las drogas y eso es una amenaza para la frontera brasile�a�, afirma el comisario Mauro Sp�sito, coordinador de la Operaci�n Cobra.
(2) �poca, 13 de mayo de 2002 � �La aprehensi�n de 62 quilos de coca�na descubre la ruta de las Farc para enviar la droga de Colombia a Brasil. -- Hasta la semana pasada, el traficante carioca Fernandinho Beira-Mar, preso en Rio de Janeiro, era el principal ejemplo de la conexi�n entre el narcotr�fico de Brasil y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), la guerrilla que mantiene al pa�s vecino en guerra civil. Beira-Mar fue detenido hace un a�o por el Ej�rcito colombiano, cuando compraba coca�na a las Farc. En la tarde del jueves, una operaci�n de la Polic�a Federal en el puerto de la ciudad amaz�nica de Tef� estableci� un nuevo eslab�n de esa conexi�n. Los polic�as incautaron 62 quilos de coca�na proporcionados a brasile�os por el comandante Rafael Oyola Zapata, el principal l�der de las Farc en la Amazonia colombiana, que tiene su cuartel general en Puerto Santander, a orillas del R�o Caquet�. Una vez �bautizada�, es decir, mezclada con ingredientes poco nobles, esa remesa producir�a unos 180 quilos, ya con destino cierto: los consumidores de Fortaleza, de Recife y de Rio de Janeiro.�
(3) O Estado de S. Paulo, 22 de mayo de 2003 � �La polic�a requis� 15 quilos de coca�na, ayer, en la Favela Beira-Mar, reducto del traficante Luiz Fernando da Costa, Fernandinho Beira-Mar. El s�mbolo de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), grupo guerrillero con el que el traficante intercambiaba coca�na por armas, estaba en el embalaje de la droga.�
(4) Folha de S. Paulo, 27 de agosto de 2003 (Entrevista a Raul Reyes, comandante de las Farc) � �Reyes: Las Farc tienen contactos no s�lo en Brasil con distintas fuerzas pol�ticas y gobiernos, partidos y movimientos sociales... Folha: �Puede Ud. nombrar los m�s importantes? Reyes: Bien, el PT, y, claro, dentro del PT hay una cantidad de fuerzas; los sin-tierra, los sin-techo, los estudiantes, sindicalistas, intelectuales, sacerdotes, historiadores, periodistas... Folha: �Qu� intelectuales? Reyes: [El soci�logo] Emir Sader, fray Betto [asesor especial de Lula] y muchos otros.�
Si la conexi�n l�gica es a�n dif�cil de percibir, puedo intentar hacerla m�s visible a trav�s de algunas preguntas did�cticas:
1 � �Estos hechos indican o no que una cuadrilla de traficantes, gran proveedora de coca�na al mercado brasile�o, est� muy bien relacionada con los l�deres petistas y con el gobierno federal?
2 � �C�mo puede el gobierno tan �ntimamente ligado a una organizaci�n criminal tener idoneidad para cuidar de la seguridad p�blica?
3 � �Incluso suponiendo que no resulte de esas relaciones peligrosos ning�n lucro il�cito para los figurones petistas involucrados en ellas, no constituyen por s� mismas una ostensible falta de decoro, incompatible con el ejercicio de cargos p�blicos?
4 � �Los partidos llamados �de oposici�n� no se enteran de nada de eso o tienen miedo de enterarse?
S� muy bien que el raciocinio l�gico, en los d�as que corren, se ha convertido en una pr�ctica inmoral, insultante, maligna e intolerable. Por eso mismo no dar� las respuestas que he obtenido para esas preguntas, y sugiero que el lector, si consigue obtener alguna mediante su propio esfuerzo, trate de guardarla para s�, en profundo silencio, para no herir la sensibilidad de posibles oyentes.