Salto cualitativo
Olavo de Carvalho
O Globo, 5 de abril de 2003
�L�int�ressant c�est de dire justement ce qu�il est convenu de ne pas dire.� (Andr� Gide)
Gide ten�a raz�n: para un escritor, lo interesante es decir precisamente lo que todo el mundo se ha puesto de acuerdo en no decir. Pero lo interesante puede ser tambi�n peligroso.
En el art�culo de la semana pasada, por ejemplo, ofrec� dos noticias tan interesantes como prohibidas. Primera: el diputado federal Alberto Fraga (PMDB-DF) dice tener pruebas fidedignas de la ayuda financiera dada al PT, en las �ltimas elecciones, por la guerrilla colombiana (ahora Fraga tiene ya 88 firmas en su solicitud para que se instaure una Comisi�n Parlamentaria de Investigaci�n [CPI] sobre el asunto). Segunda: todos los movimientos neonazis, neofascistas y antisemitas del mundo se han alineado con la causa sadamista o anti-bushista, cuyos ap�stoles, llamando con esos nombres justamente a los adversarios de la misma, no hacen m�s que imitar el ejemplo de Stalin, que camuflaba su alianza con Hitler tras un anti-nazismo de fachada, tan grandilocuente e histri�nico como conscientemente simulado.
Dadas esas noticias, la reacci�n no se ha hecho esperar: mi condena a muerte, que antes me llegaba discretamente por e-mail, ha sido publicada ahora, sin tapujos, en sites de internet. Son claros llamamientos a la militancia izquierdista para que acabe con mi persona lo m�s r�pidamente posible, preferentemente con m�todos crueles y dolorosos:
�S�, compa�eros � escribe uno de mis ejecutores virtuales en el site www.comunismo.com.br �, estoy hablando exactamente de eso: de linchamiento, de juicio y de ejecuci�n sumarios, sin derecho a defensa. Esa escoria humana no forma parte de la soluci�n, forma parte del problema. Y el que forma parte del problema tiene que ser eliminado f�sicamente. Un fascista no tiene derecho ni a voz ni a voto. Para acallar su voz, tenemos que identificarlos y, si no matarlos tout court, cortar sus manos para que ya no puedan exponer sus ideas por escrito, y cortar sus lenguas para que ya no se puedan expresar verbalmente.�
M�s meticuloso, el site http://www.midiaindependente.org/pt/blue/2003/03/251552.shtml informa a los interesados en qu� local doy clase peri�dicamente y, repitiendo centenares de veces el estribillo �Muerte a Olavo de Carvalho�, sugiere: ��Ser� que ya no es hora de poner fin f�sicamente a ese c�ncer llamado Olavo de Carvalho? �Por qu� no convocar una manifestaci�n frente al local de ese curso y, si es posible, eliminar f�sicamente a ese fascista, racista, canalla y miserable?�
�Qu� hermoso es o�r esos adjetivos de boca de los que se manifiestan codo a codo con los skinheads pidiendo la destrucci�n del Estado de Israel! �Qu� conmovedor es leer el llamamiento a mi eliminaci�n cruenta y descubrir, pocas l�neas despu�s, que ella, a juicio de los que la defienden, forma parte de una �campa�a contra la intolerancia� (sic). Si, cuando era ni�o, me hubiesen dicho que vivir�a para presenciar algo as�, no me lo habr�a cre�do.
Pero debe ser el progreso. Cansados de enviarme amenazas a las que yo respond�a con tacos, as� como de difundir mensajes falsos en mi nombre, que cualquier lector sensato identificaba a primera vista como falsificaciones pueriles, los chicos han pensado que ya era hora de realizar un upgrade, o, como dir�a Mao Tse-tung, un salto cualitativo en la lucha del proletariado. Han pasado de los susurros a los gritos, de los avisos a la preparaci�n del ataque.
M�s maravilloso a�n es saber que lo �nico que est�n haciendo esos perturbados es poner en pr�ctica las ense�anzas recibidas de intelectuales y educadores que, lejos de la escena truculenta, elegantes y emperifollados en sus c�tedras y en sus columnas de peri�dico, encarnan la personificaci�n viva de la convivencia civilizada y de los buenos sentimientos. El inefable Dr. Ant�nio C�ndido, por ejemplo (lo cito a voleo, como uno entre mil), dec�a que no hab�a nada malo en suspender por alg�n tiempo los derechos y las garant�as, si era para construir el socialismo. Pues ah� est�, Dr. Ant�nio, Ud. no ha esperado en vano: los chicos de �M�dia Independente� ya ha suspendido, al menos, mis derechos y garant�as. Todav�a no es el socialismo, pero ya es algo. Claro, el Dr. Ant�nio, o cualquier otro en su lugar, dir� que no quer�a llegar a tanto. Los intelectuales de izquierda jam�s quieren llegar a donde llegan. Nunca quisieron el Gulag, el Laogai, la extinci�n de los ucranianos por hambre, o el mill�n de tibetanos muertos. Nunca quisieron nada de lo que produjeron: todo fue culpa de las malditas coincidencias. Ellos, los se�ores de las buenas intenciones, siempre salen limpios, hagan lo que hagan.
Ahora, por ejemplo, hacen campa�a en contra de la intervenci�n americana, pero dicen que no est�n a favor de Sadam Husein. No, no lo est�n. S�lo est�n en contra de quitarlo del poder. Est�n en contra de impedirle, por la fuerza o por cualquier otro medio (pues tambi�n abominaban las sanciones econ�micas), de seguir matando iraqu�s en tiempo de paz, a una media de 110 por d�a � mucho m�s que la guerra �, como viene haciendo desde hace 24 a�os. No defienden a Sadam Husein, sino la soberan�a iraqu� � es decir, la soberan�a de Sadam Husein. �Qui�n puede pedir cuentas a esas criaturas de las consecuencias de sus palabras, cuando esas palabras son ya la inconsecuencia misma? �Qui�n puede pedir responsabilidades a criaturas que se conceden el derecho de so�ar un mundo nuevo a su imagen y semejanza y que nunca reconocen como obra suya el rostro hediondo del sue�o realizado?
�A qui�n, pues, debo recurrir en busca de protecci�n? �A las autoridades de un gobierno al que, precisamente, los C�ndidos han confiado la realizaci�n de sus m�s bellas esperanzas? �A los que el diputado Fraga acusa de recibir dinero de la mayor organizaci�n homicida de Am�rica Latina? �Loco s�, pero no tonto�, prefiero admitir que ya no tengo ning�n derecho, ninguna garant�a. �Para qu� sirven derechos y garant�as colocados bajo la protecci�n de personas m�s interesadas en proteger a las FARC contra el gobierno colombiano que a los ciudadanos brasile�os contra las FARC?