Forum sin libertad

Olavo de Carvalho

Zero Hora, 23 de marzo de 2003

 

 

Durante m�s de una d�cada, el �Forum de la Libertad� ha sido la mayor y la m�s democr�tica tribuna de debates en Brasil. Nada semejante a esa farsa de Cristovam Buarque que denominaba a Brasilia �capital nacional del debate�, pero s�lo llamaba a la tribuna a los que compart�an su ideolog�a. Ni el m�s remoto parecido con esa manipulaci�n grotesca en que consiste el �Forum Social Mundial�: libertad de expresi�n para todos, excepto para... todos los exceptuados.

 

En el �Forum de la Libertad�, Jos� Osvaldo de Meira Penna, Eduardo Gianetti da Fonseca y yo debat�amos con Jos� Geno�no, con Ciro Gomes, con Leonel Brizola. Sin trucos, sin teatro gramsciano. Habl�bamos sin miedo, nadie se lo pon�a f�cil a nadie y, al final, acab�bamos como buenos amigos.

 

Sin embargo, a medida que el nuevo concepto de democracia como pseudopluralismo izquierdista fue ganando legitimidad ante la opini�n p�blica nacional, conquistando incluso el apoyo de un empresariado servil, el �Forum� fue perdiendo apoyo financiero y, al final, se vio obligado a recurrir a la Ley Rouanet.

 

El Ministerio de Cultura, al principio, rechaz� la aprobaci�n del proyecto, alegando que le faltaban "elementos culturales". Porca miseria, �qu� puede haber que tenga m�s valor cultural que el debate entre destacados representantes intelectuales de todas las corrientes ideol�gicas? Pero es que cultura, seg�n el criterio de esa entidad p�blica, es s�lo show business. En el �Forum� no hab�a samba, ni carnaval, ni rock, ni funk. Luego, no era cultural.

 

Al no tener m�s remedio, los promotores del encuentro aceptaron proyectar unas peliculillas, que a juicio del ministerio eran tremendamente culturales. Y entonces sobrevino el efecto colateral: como la casi totalidad de la producci�n cinematogr�fica nacional es ideol�gicamente de izquierdas, puesto que el lobby izquierdista es el due�o de las subvenciones, el �Forum�, creado y organizado por liberales y conservadores, se vio transformado, malgr� lui, en instrumento de la difusi�n izquierdista. Al ver la lista de las pel�culas que iban a ser proyectadas, el ministerio no escondi� su satisfacci�n e, inmediatamente, aprob� el proyecto. Es as� como, sin censura aparente y mediante un delicado ardid gramsciano, simulando ser amiga de la democracia, la elite izquierdista impone el m�s tir�nico dirigismo cultural. El �Forum de la Libertad�, estrangulado econ�micamente, sometido a prop�sitos ideol�gicos que no son los suyos , ser� este a�o un grito de protesta de los esclavos. �stos, obligados a subir a la tribuna encadenados, har�n de la exhibici�n de sus cadenas la prueba de la hipocres�a de sus se�ores.

 

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Todo adjetivo puede ser usado en sentido propio o impropio: como nombre de una cualidad objetiva o como fuerza de expresi�n. Pero esa distinci�n queda totalmente diluida cuando se usa el ep�teto "nazi" para calificar a George W. Bush y a Ariel Sharon, algo que ya se ha convertido en un h�bito en nuestra ret�rica period�stica, en vez de aplicarlo a Sadam Hussein. Pues �ste �ltimo no es nazi en ning�n sentido figurado de la palabra, sino en sentido estricto. Toda su educaci�n fue dirigida por un t�o, Kairalla Tulfa, conocido militante nazi y autor de un panfleto, �Jud�os, persas y moscas�, a favor de la inequ�voca superioridad de las moscas. Bajo las �rdenes de ese t�o, Sadam Hussein empez� su carrera cometiendo, a los 20 a�os, un asesinato pol�tico (ver la biografia: Saddam Hussein, King of Terror, del periodista ingl�s Con Coughlin).

 

Por m�s que se fuerce el idioma, no es posible que el calificativo "nazi" se aplique m�s apropiadamente a Sharon o a Bush que a ese sujeto.