Manipulando a las Fuerzas Armadas
Olavo de Carvalho
�poca, 20 de julio de 2002
El recorte del presupuesto militar es, con toda claridad, una etapa m�s de la pertinaz campa�a de destrucci�n de nuestras Fuerzas Armadas. Falta saber qui�n dirige esa campa�a y con qu� fines.
Muchos se niegan a realizar esa investigaci�n, alegando que no hay nada que investigar. Ya saben de d�nde proviene la cosa: proviene �de los americanos�. Basados en esa certeza, agentes de la izquierda ocupan espacio en la Escuela Superior de Guerra [ESG] y en las academias militares, cortejan a la oficialidad, explotan sus sentimientos patri�ticos e intentan integrarla en la gran estrategia antiamericana de la revoluci�n continental.
Pero el diagn�stico que venden al p�blico militar omite algunos detalles esenciales:
1) El gobierno Fernando Henrique Cardoso [FHC], que estar�a, pues, al servicio del imperialismo norteamericano, promueve la glorificaci�n de los guerrilleros comunistas de la d�cada de los 70, muchos de los cuales, que a�n viven, son los actuales impulsores de la alianza �anti-imperalista� con los militares.
2) El mismo gobierno que ha reducido a la miseria a las Fuerzas Armadas alimenta al Movimiento de los Sin-Tierra [MST] con substanciosas subvenciones sin las que nunca se habr�a convertido en la tremenda fuerza revolucionaria que es hoy.
3) Los grandes medios de comunicaci�n nacionales, a los que la izquierda acusa de servir al imperialismo, son el principal instrumento de la propaganda izquierdista en el pa�s, falseando las noticias sobre Oriente Medio, ocultando los cr�menes de Cuba y de China con un velo de silencio protector, usando un lenguaje en el que �conservador� es sin�nimo de malvado, bombardeando a las Fuerzas Armadas con denuncias escandalosamente falsas de atrocidades anticomunistas y fortaleciendo contubernios de periodistas y fiscales para usurpar el papel de los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas con el fin de hacerlas inofensivas contra la violencia revolucionaria de la alianza MST-Farc.
4) En las relaciones con los militares, la izquierda sigue una divisi�n de tareas demasiado evidente como para no denotar una manipulaci�n premeditada: sus ataques a las Fuerzas Armadas vienen siempre a trav�s de sus agentes en los medios de comunicaci�n y en las entidades �de derechos humanos�, nunca de los l�deres pol�ticos, reservados para hacer, en el juego pavloviano de la estimulaci�n contradictoria, el papel de queso, no el de la descarga el�ctrica. El Sr. Miguel Arraes, por ejemplo, merece el Trofeo Camembert del a�o.
5) Las presuntas presiones imperialistas antes mencionadas tuvieron lugar sobre todo durante la gesti�n del Sr. Clinton, el mismo que, tras haber sido elegido con la ayuda financiera de China, debilit� a las Fuerzas Armadas de EUA, desmantel� la CIA y el FBI, transfiri� el control de zonas estrat�gicas a una estatal china, obstaculiz� las investigaciones sobre espionaje en el laboratorio nuclear de Los �lamos e inund� de equipos militares y de informaci�n privilegiada al mayor agresor potencial de su pa�s (ver Bill Gertz, The China Threat, Washington, 2002).
6) Las ONGs acusadas de meter el dedo imperialista en el territorio amaz�nico no son en general americanas, sino europeas. Sirven a la CEE, la misma entidad que da dinero al Sr. Yasser Arafat para que compre armas y que, asociada con la ONU, promueve la creaci�n de un Tribunal Penal Internacional hecho a medida para incriminar a los EUA y a Israel. Y quien aplaude las ambiciones separatistas ind�genas que ponen en peligro la integridad nacional no es el �imperialismo yanqui�: son los medios de comunicaci�n izquierdistas europeos.
7) La izquierda es hoy el �nico movimiento pol�tico y cultural organizado globalmente, capaz de realizar operaciones de desinformaci�n a escala mundial.
De la exposici�n de los hechos surgen dos preguntas:
1) Si la m�quina estatal americana puede ser manipulada por parte de la desinformaci�n izquierdista, hasta el punto de acabar colaborando servilmente con su enemigo chino, �por qu� no podr�a, con los mismos medios, ser inducida a adoptar en Brasil y en Am�rica Latina en general una pol�tica que fomente el antiamericanismo entre los militares de la regi�n?
2) Si el gobierno americano no est� inmune de caer en la trampa de servir a sus enemigos, �por qu� lo iban a estar nuestros militares?